Doce rectores y "español el que no bote"
Por Ricardo García Moya
Sábado, 26 de octubre. En la 2 proyectaban "Trans gens, los genes de la
muerte", película de terror calificada en LAS PROVlNClAS como "basura gore, infecta
e insoportable", con monstruos y todo. Di al botón y surgieron Eliseu Climent, Rosanna
Pastor y (el que más miedo daba) Andreu Alfaro, el de las varillas de marras y
barras.
Con vocecita de inocente víctima de la "insolidaritat i intolerància", la locutora Rosanna
Pastor presentaba el espectáculo cómico-taurino de los Premis Octubre en compañía
un tal Manu di Bango, trompetero camerunés aficionado a la "lluita per la solidaritat,
tolerància" y la paella. Según Ro- sanna, interpretó canciones de la "nostra terra";
pero, en subtítulos para toda España, leíamos: "Temes catalans".
La música de Manu y las cuatro barras como fondo provocaron una agitación de pañuelos y
traseros, risitas y guiños. Las alumnas y maestras de catalán comenzaron a corretear bailando
entre las mesas de los políticos que contratan, amparan y subvencionan la expansión de Cataluña
(con dinero de nuestros impuestos) en el Reino de Valencia. Allí, satisfechos y sonrientes, lucían
sus poderes los conseIlers de la Generalitat de Cataluña, Xavier Pomés y Joan Pujals; los
asiduos e incondicionales Cipriano y Carmen Alborch; los parlanchines
tránsfugas Rahola y Colom, etc.
AI acto de exaltación de los Països Catalans no podían faltar los doce rectores-
apóstoles de la inmersión y de las universidades del eje. Sonreían complacidos al ver a
la juventud que ellos educan dando saltitos para no ser calificados como españoles por
un grupo que entonaba el "boti, boti, boti, espanyol qui no boti". Toda España pudo
admirar este detalle de tolerancia, democracia y solidaridad, como repetía
incansablemente la presentadora. Y el nombre de España fue mentado en otra ocasión
(y nunca más) por la angelical muchacha al recordar los "padecimientos sufridos
por el dominio de España
" en Cuba. iQué mala es España y qué buena es Cataluña!,
¿verdad?
Lánguidamente, imitando a Julia Otero, la actriz (?) preguntaba cosas a Manu di
Bango. Y Manu -que entendía menos valenciano que Pedreño- contestaba un
surrealista "Sí, señór" (sic) a la pre- sentadora de Alboraya que, en cada frase,
insistía con los avui, avui, país, país, nosaltres, nosal- tres, catalá, catalá...
Como en la terrorífica Trans Gens anunciada en LAS PROVINCIAS, unos mutantes
aparecían en el escenario. Todos, desde el presidente de la Unión Musical de
Liria
hasta el tamborilero del año pasado (Carlos Santos, sospecho) se les caía la
baba con lo de "nostra terra catalana, nostra cultura catalana, nostre idioma català". Y
me dio la impresión que los doce rectores del eje, en placentero éxtasis, levitaban
unos centímetros sobre el suelo "catalán" de la Feria de Muestras de Valencia.
En toda película de terror no puede faltar la nota cómica, y allí estaba el mago de las varillas
An- dreu Alfaro que, en esperanto (?), dijo algo así como "me han donat una chuleta (sic), pero
no me la sé". EI público -atiborrado de morapio y paté- no le rio la memez; ni López
Garrido
(pegado a Eliseu Climent), ni los alcaldes de Alcoy, Gandía, Elche o los
doce rectores estaban para sutilezas que no fueran la manduca o los gritos a favor de
"les terres catalanes". Todos aplaudían cada vez que alguien como el premiado
BaIlester -al comprobar que, aparte de las varillas de Alfaro, le entregaban dos kilos de
money- citaba lo de Paisos Catalans. AI mismo tiempo, bajo el mando de la mano de
Maniu di Mango, que dirigía un mambo, los jóvenes bailaban siguiendo la táctica de
ciertas sectas siniestras. Pretendían aparentar una normalidad jovial en lo que no era
más que una payasada contra el Reino de Valencia.
AI final todos se pusieron firmes, muy formalitos y con las orejas tiesas al escuchar la
Moixaranga. Mientras, la bandera aragonesa usurpada por Cataluña provocaba
estremecimiento de placer de los catalaneros de siempre: los doce rectores del eje, el
vertebrador Cipriano (que al día siguiente, después del "bote, bote", acompañaba a

un Felipe González desmelenado por la unidad de España); la amiga del Liceo,
Carmen Alborch; el director de la Unión Musical de Liria y demás quimeras de la
razón.
EI negocio inmersor marcha. Los libros premiados serán de compra obligada para los
escolares valencianos en el curso 97-98, y todos a disimular y fomentar la inmersión, no sea que
se enfade el doctor Eliseu Climent; el capo que rige todo, desde la política lingüística a
la simbólica. Su poder es temido por rectores y políticos, que se humiIlan a sus pies y
le ofrecen la TVE para toda España. No me sorprendería que el año que viene fuera
Eurovisión la que transmitiera a todo el continente su mensaje tolerante y solidario:
"boti, boti, boti, espanyol qui no boti".
Y todavía estoy sordo por el ensordecedor silencio y sumisión de los doce personajes que
-altivos bajo sus birretes ante las autoridades democráticas- apoyan complacidos estas
lamentables astracanadas.
Las Provincias 3 de Noviembre de 1996