El `xe´ catalán del Mestalla

Ricardo García Moya

Observando la frase “¡ Xe, qué bo !“ del Mestalla, nuestras autoridades se felicitarían por el triunfo de la inmersión; es decir por lograr que la masa exhibiera un “xe” catalanizado (como ordena el traductor SALT de la consellería de Tarancón) y que lo viera toda España. La interjección "che” -con “ch” africada de chic, distinta de la fricativa “x" de Xixona-, es característica del idioma valenciano, siendo su origen un enigma que encona a lexicógrafos y etimólogos catalanes y castellanos; pues los valencianos, ¡ay!, sólo corean lo dicho por la RAE o e IEC.

Los valencianos del Renacimiento usaban un “ce” exclamativo: “Si faré. ¡Ola, ce de la posada!” (Timoneda: Castell de Emaus,1569), voz común con personajes de Lope de Rueda; autor que usaba valencianismos y que vivió en Valencia, donde editó parte de su obra. Con cierta audacia, los filólogos de Castilla suponen que este “ce” usado también en la Celestina y en comedias de Tirso sería el origen del “che” valenciano; mientras que los argentinos afirman que procede del aracuano o mapuche; y algún pillastre gallego apunta, por si cuela, que vendría del arcaísmo galaico-portugués “che”, un dativo ético. El pelanas Dr. Morínigo apunta que sería voz aimara, tomado por las tropas españolas que combatieron en el Perú; y los de Venezuela defienden su origen en la expresión “chévere”, e incluso hay quien señala como étimo el árabe vulgar seih. Pero el más astuto es el abuelo Corominas, que brinca por encima de moros, aimaras, castellanos, gallegos, araucanos,etc., e hinca bandera de catalanidad sobre “el xe del catalán de Valencia” (DECH). Así de fácil, el pícaro anciano cambia la ch por x y la valencianía en catalanidad, sin aportar testimonios de xe con esta grafía, salvo la de algún floralista de fines del XIX y los catalaneros del XX.

En la pugna por el “che”, nadie plantea la posibilidad de que sea voz nacida en el idioma valenciano, como si la forzada menopausia de nuestra lengua se remontara al XV.

Desde entonces, nuestros antepasados han - seguido creando vocablos con los recursos habituales de las lenguas vivas, fueran adjetivos como «estrafalari” (Ros, 1764), documentado en valenciano antes que en catalán, o sustantivos ornitológicos: “ave mes ruda que el quebraós” (Guerau,G.; Sátira contra Falcó, h.1580). La poderosa Gypaetus barbatus fue bautizada “quebrad.” por los valencianos ienacentistas, pero la actual Generalidad rechaza la nomenclatura zoológica propia, copiando la que ordena Cataluña con las gulas TERMCAT para la “Denominació catalana danimala”. Así, si usted llama al “carronyer quebraóa” con el catalán “carronyaire trenca16,.” será considerado ciudadano culto y progresista por la mafia catalanera.

Del XVII al XIX surgen en idioma valenciano verbos como “moragar”, derivado de mora y alusivo al cromatismo: "moragava el raim” (Gadea: Tipos d´espardenya, h.1890)., y se consolidan sustantivos de oficios y objetos: “palmiter, mestre de fer palmitos” (Exulve: Praeclarae, 1643), y gastronómicos como “tararena, guisat de fesols en castanyes” (Escrig:1887), o el popular “panoli” (pa + en + oli), que ahora regresa violado por el IEC y catalanizado como “pamboli”. Los adverbios también se benefician de la acomodación morfológica, imponiéndose espontáneamente el “raere” eufónico: “yo raere del aladre” (Burguet, J. Batiste: Propietaria, 1876, p.10), que en catalán sería: “Jo enrerre l arada”.

En el XIX, con la eclosión del teatro en idioma valenciano y la fijación de grafías de base fonética, el dramaturgo incorpora voces que no tenían reflejo en la prosa eclesiástica y cancilleresca.

La interjección “che” se consolida como voz emblemática en competencia o por evolución de otras similares. Con la ambigüedad de estos vocablos autónomos, “cha” o “chas” cumple en ocasiones la misma función vocativa: “¡Cha, mira!” (Colom: Cuatre comics docasió, 1873), exclamativa: “Cha, la teua parentela” (Liern: Aiguarse la festa, 1884); “¡Chas, tú, coca! (Lladró: La boba, 1872), o de imperativo verbal,” “Roseta, chas el barral” (Una nugolá destiu,1871); “chas par lo pronte este anell” (Bib.Nac. Ma. Inf. Tellina, h. 1700). Es evidente la conexión semántica entre nyas, chas, cha, cheic, chec y che.

El parto del “che” fue acompañado de titubeos morfológicos y variables como “chec”, de posible atracción de velar oclusiva siguiente: “¿Chec, qué no vens a la iglesia?” (Fambuena. Un francés en Almásera,1877), aunque no fue regla general: “Chec, aixó es un disbarat” (Escalante: La vanitat castigada 1855). Pero la interjección triunfante sería “che” en todo el territorio de la lengua valenciana, incluso en las canciones valencianas que se editan en la Cataluña de Milá i Fontanals: “¿Che? Vols rifat?” (Canción valenciana, Barcelona, Imp. Flotats, 1858, p.37), y en los juguetes líricos cantados en el teatro de la Zarzuela del Madrid: “ Ché, calla que ya eu sabem” (Barbieri y Liern: Dos pichones del Turia. Madrid, 1863, p. 9.)

El folclorismo de escuchar “che" en Madrid o Barcelona se convierte en seña de identidad en boca de ilicitanos: “¡Che, no signes guasón! (Sansano: Una sublevació en Jauja, E 1896); o de valencianos de LAlcora: “¡Ché, ¿qué penseu fer?,, (Bernat, Ll.: El terreno del honor 1894). o de cualquier lugar del Reino: “¡Che,quins.." (Liern: La Toma de Tetuán, 1881).La interjección se elevó a voz emblemática, “mosatros som de la Terra del Che”, siendo expresión popular en el XIX “la terra del che”(Barber y Bas: De Valencia al Grau, 1889),. usándola Llombart como título de sus “Festes de la Terra del Che” (Valencia, 1878) En la misma obra usa el gerundio valenciano “acarchotant” (p.18), del mismo ancestral étimo árabe que “carchot" (en catalán, “datellada”).

Como vemos, el idioma valenciano llevaba el “che” a Cataluña, y hasta el nombre de “micalet” (soldado), en lugar del catalán “miquelet”, llegó a usarse en la Barcelona del XVIII: “Cansó de un micalet a los cathalans” (Barcelona, 1794) Q

Pero la catalanización que rechazaba la ch afectó a los floralistas del 1880, iniciándose la claudicación que ha degenerado en el indigno “xe” del Mestalla.

Dadas las circunstancias: ¿Tendremos el suficiente orgullo para rechazar esta humillación?

Y si en Mestalla apareciera un gigantesco “che” escrito en idioma valenciano ¿la academia de catalán Canal 9 lo retransmitiría o censuraría? Ya vorem, com dia ma mare.

Diario de Valencia 24 de Marzo de 2002