Diario de Valencia 6 dTMabril de 2003
Ferran Belda, `delatorrr de la pradera'
Ricardo Garcia Moya
Tú sabes, Ferran, que no eres un Bob Woodward, ni tu diario es The Washington
Post. Los casos que denuncias no son el escándalo Watergate, sino escandaleras de váter;
de ahí que, más que Garganta Profunda, podríamos hablar de Esfínter Profundo. Tus
columnas no son de un Pulitzer y escupes sobre tí mismo; p. e. , en: "Poveda, vinater
nacional" (The Levante Poff, 21/3/03), donde denuncias al bodeguero de Monóvar por su
acercamiento a Zaplana. Añoras, Ferran, una democracia de un solo ideario y un solo
diario, el tuyo; pero hay insurrectos y, claro, luego se quejan de que les destrozan las sedes
del partido.
Cuentas que Salvador Poveda "era el vinader nacional del PV", siendo sus
vinos obligatorios en las veladas catalaneras, incluida la de los premios
Octubre de Eliseu Climent. Por esta condición, dices, "ha disfrutado de un
acentuado trato de favor en todas aquellas publicaciones progresistas de los
últimos 25 años". Es decir, la prensa parásita catalanera (que llamas
progresista), creó "un muro de indiferencia contra el que se estrellaban
cosecheros como...". Aquí, Ferran, das una larga lista; pero, sin pretenderlo,
descubres el sectarismo de estas publicaciones que han marginado a los
restantes vinos del Reino, por no ser catalaneros sus propietarios: los de
Fondó dels Flares, Requena, Font de la Figuera, Turís, etc. Con tu artículo
pretendías ser campaneta de combregar, alertando a la prensa "progresista"
para que borrara de sus páginas el nombre de Salvador Poveda. La causa de
este giro copernicano era la posibilidad de que el futuro alcalde del PP en
Monóvar, según dices, podría ser el loado bodeguero, "el mismo al que ayudaron
a encumbrar Valencia Semanal, Cal Dir, Turia, Dos y Dos, Saó, El Temps, etc".
Falta sumar, olvidadizo Ferran, tu The Levante Poff.
Recuerdas que, en manada, desde los pegajosos curas de Sao hasta los
mutantes de El Temps de Climent, crearon "un muro de indiferencia" hacia los
restantes cosecheros valencianos de Castellón, Valencia y Alicante, por no ser
adictos a la causa catalana. Estos comisarios, fingiendo cientifísmo
enológico, implantaron por toda España el desprecio hacia los vinos de la
Comunidad Valenciana, exceptuando los del empresario aliado. La bodega de
Salvador Poveda, confiesas, la convirtieron por motivación política en
santuario o "lugar común al que acudían todos los corresponsales cada vez que
les encargaban un trabajillo vinícola desde Madrid y Barcelona" (Ferrán:
Levante, 21/03/03). Cualquier escritor o periodista que quisiera escribir
sobre el vino del Reino de Valencia era desviado por los progres de Saó, El
Temps, Cartelera Turia, etc., hacia los tintorros de Salvador Poveda; y
esta discriminación, denuncias, se hacía pese a que "no era ni el mayor
productor de la CV ni el mayor exportador, ni siquiera el elaborador de la
mayor variedad de caldos". Ahora comprendemos, gracias a tu testimonio, la
marginación a los vinos del Reino desde hace 25 años en los suplementos
dominicales de El País, ABC, El Mundo, La Vanguardia, etc. La prensa
catalanera, subvencionada por la Generalidad, es la que trataba de hundir a
todas las bodegas valencianas, exceptuando la del maulet Poveda. No es
novedad, el fascismo catalán tiene un amplio historial de campañas contra
empresas valencianas, fueran del sector avícola, confección de téjanos,
muebles, etc. Como lobos, actúan subrepticiamente, hasta que un Ferranet

Patases Manases delata a sus coleguillas.
Algún lector pensará que eres honesto, Ferran, al descubrir "el acentuado
trato de favor" de los periodistas progres hacia los vinos de Salvador Poveda.
Pero mostrarte Garganta Profunda ahora -cuando Poveda coquetea con el PP-,
huele mal y es más propio de Esfínter Profundo, tan profundo como los muchos
años en que ­teniendo constancia de la manipulación que hundía los vinos
valencianos-, fuiste cómplice con tu silencio como director de The Levante
Poff. Te descubres al comentar que "venimos leyendo sueltos sobre él
(Poveda) y sus vinos desde los tiempos de la Transición". Durante 25 años
has tragado complacido el escándalo del vino ¿Habrías cantado si Poveda se
hubiera presentado por EU?.
Dejamos a Ferran y sus delaciones (con d), pues la delincuencia cultural
manipula desde el vino a la Biblia. Como es sabido, en catalán no existe
traducción de la Biblia hasta el siglo XIX. Es decir, no tienen el equivalente
a la Biblia de Bonifaci Ferrer, impresa en 1478 en idioma valenciano; de ahí
la euforia que provocó la aparición del Manuscrit d'Oxford que contenía,
dijeron, la traducción al "catala" de los Evangelios. El optimismo fue
mitigándose ante el análisis del texto, al demostrarse que estaba escrito en
lo que el fascismo catalán llama "dialecte valencià del català". El traductor
al idioma valenciano fue el sacerdote Luis de las Torres, exiliado en
Inglaterra tras la Guerra de Sucesión. El Manuscrit valencia d'Oxford, datado
hacia 1730 (Torres murió en Jamaica en 1739) es valioso por su modernidad
morfológica, con sustantivos como "dinés, Reyne, milacre, pobrea, rail, red,
pleit..." (no regne, diners, miracle, pobresa, arrel, xarxa, plet...); la
preposición "en", indicativa de lugar: "entra en Jerusalem"; o frases como "ya
tart" (en catalá: "ja tard"). En 1730, en Windsor, el culto Lluis de les
Torres escribía "del teu frut", morfología satanizada por la delincuencia
cultural, la misma que encumbra una bodega filocatalana y hunde a las demás.
Ya en el Congrés de Llengua Valenciana (Elig, 1985), el ponente Miquel
Carbonell alertaba sobre la imposición del arcaísmo "fruit" y la prohibición
de la voz viva "frut", generalizada en el Reino.
El texto de Oxford corrobora que la morfología "frut" no la inventó el
franquismo: "pera fer frut» (Bib. Nac. Ms. Infanta Tellina, h. 1660);
"llagrimes que com a flors, son primaveres de fruts" (Villancico, 1690); "del
teu frut" (Ms. valencia d'Oxford, 1730); "abres frutals" (Coloqui d'una vella,
h. 1770); "frutes" (Col. Tofol de Campanar, 1795); "els fruts de la
política"(El Mole, 1840); "fruts y flors" (Altet: Deu y lo mon, 1858);
"frutal qu'es de pepita" (Aforismos catalans traduits al valenciá, 1853);
"fruta y flors" (Baldoví:LTMagüelo Pollastre 1859); "a vore els abres
frutals" (Colom: Lo que fa la roba, Castelló, 1875); "m'agrá este frut lluit"
(Barreda: La cara de Mongó, 1873); "el abre que no fá frut" (Burguet: La
carrera de la dona, 1881); "riquea de flors y frutes" (Serrano: Una
sublevació, Elig 1896); "en poc frut"( El Cullerot. Alacant, 16 juliol 1898).
Es curioso, pero los filólogos comenzaron a descubrir la valencianía del texto
de Oxford por los castellanismos valencianos (tan válidos como los anglicismos
o galicismos), prohibidos por la peste catalanera: "asombrats", "entonces",
"hereder", etc. Fueron adoptados libremente, ya que en 1730 no intrigaba
Inmersiomán, ni la prensa del Ferranet.