Las cosas de Max Cahner García

Ricardo García Moya

Egregio Cahner García: ignorante es un adjetivo erosionado por su constante uso en diatribas que los catalanes lanzáis contra los blaveros valencianos; pero nosotros podemos devolver la flor. En tu ensayo Literatura de la revolució (Barcelona, 1998), es patente que rebosas ciencia sobre lo catalán, pero ignoras mucho sobre lo valenciano, desde el título de nuestro territorio a los conceptos lingüísticos de los autores que tratas. Analiza, dilecto ex conseller de Cultura, este comentario tuyo: Baptista Escorigüela, seguidor de l´obra de restauració literaria de la llengua catalana al País Valencià que havia dut a terme el notari Carles Ros (p.47). Qué ignorancia muestras al desconocer que Ros distinguía entre el idioma valenciano, que ensalzaba, y el catalán, que despreciaba. También asombra que ignores que el territorio se llamaba Reyne de Valencia en la época que analizas, la de Escorigüela.

Eres etimólogo afamado, pero ignoras que al Bautista castellano y al Baptista catalán corresponde Batiste en idioma valenciano (¿desconoces aquella vehemente defensa de la lengua valenciana efectuada por Batiste Bellester; artiacá de Molvedre, en 1667?). Queremos creer, Cahner García, que llamar Baptista a Batiste Escorigüela se debe a que desconoces la onomástica valenciana, pero también podría deberse a que fueras un manipulador de la documentación ¿verdad? Eres un lingüísta politizado, y tu mensaje trilero es palabra divina para los chicos de la academia Ascensión y de la Universidad. Qué ignorancia exhibes cuando afirmas en tu libro: la primera página de la Gazeta de Madrid, del 5 de setembre de 1801, amb la publicació bilingüe, en castellá i catalá, del decret dextinció de les milícies provincials (p. 333). ¿No te has leído el original? Es evidente que ignoras que se publicó el Real Decreto en los Idiomas Valenciano y Castellano, según dice la orden de Carlos IV que cumplió en su nombre Don Juan Manuel del Cagigal, gobernador y general del ejército del Reino de Valencia. Hay que ver, Cahner García, cómo trabucas la documentación ¿no te das cuenta de que los chicos de Ascensión, que te admiran, difunden tus pifias en textos de ESO y Universidad?

Los escritos que analizas (es un decir) están repletos de construcciones que para ti son faltas de ortografía, torpezas sintácticas o rarezas morfológicas. En realidad son plasmación de ese idioma que tú, cegato conceptual, quieres ignorar. En el Decreto de marras no aparece el catalán dissabte, sino el sustantivo valenciano disapte que los blandos valencianos y los ignorantes catalanes consideran barbarismo. El bíblico vocablo hebreo sabbath se convirtió en el disapte valenciano, con la acomodación gráfica de la bilabial sorda que pronunciamos, y no fue invento fallero del barri del Pilar, sino que tenía raíces clásicas y parientes europeos, como el antiguo occitano sapte. Estas pequeñas diferencias morfológicas, que Carraszaplanacosa y Ascensión consideran asunto baladí, son las que establecen isoglosas fronterizas entre las lenguas hermanas peninsulares.

Los catalanes como tú, Cahner García, protegéis como oro en paño cualquier corrupción (avui, tardor, vacances, etc.); mas nosotros, melifluos valencianos, tenemos vergüenza de todo. Con esta actitud timorata logramos que en las escuelas enseñen que los días son igual en valenciano y catalán, cuando sabemos que dimats, dumenge y disapte no son dimarts, diumenge y dissabte. Ya sé que sonreirás, pícaro Cahner García, y pensarás en la ortografía del entrañable Bayarri; pero te equivocas, pues los tres están documentados literariamente.

Así, el disapte del Real Decreto de 1801 en idioma valenciano lo documenta Corominas en Jaime I y Martorell, y nosotros lo hallamos en todas las épocas: lo dit disapte (Archiu Cat. Val. vol. 1473, Llibre de obres, any 1381); disapte, a 21 de setembre (Breu relació de la Germania, any 1519, f.115) lo dissapte (Pou: Thesaurus, Valencia, 1575); dissapte y lo dumenge (A.M. Oriola, Pregó, 286, f.10, AC.114, any 1628); disapte demati (Const. Uni. versitat de Valencia, any 1655, p.44); disapte (Llorena, J.B.: Tona y Toni o la festa de Sen Chordi, Alcoy 1871, p.6); aplega el disapte (Llombart: Festes, costums de la terra del che, 1878, p.11). diasapte (Fullana: Gramática, 1915, p.44) ¿Lo ven? El sustantivo disapte lo avalan la Cancillería Real, la Universidad, la Iglesia, saineteros de Alcoy, prosistas, poetas gramáticos anteriores a la prostitución inmersora. Escorigüela usaba formas verbales valencianas: yo proseguixc (no jo prossegueixo); pronombres valencianos: nosatros (no el arcaísmo nosaltres); sustantivos valencianos: vilea, prestea, eixercit (no vilesa, prestesa, exèrcit); adverbios como pronte (no prompte). En fin, el idioma valenciano de 1794 ofrece a Cahner frases como: el dumenge va aplegar, huit homens en fondo, y vorá atre chiquet fret, inglesos en millons y peluques, que tienen su traducción en las catalanas: diumenge va arribar, vuit homes en fons, i veurá altre nen fred, anglesos amb milions perruques. Este catalán feo y vulgar es el que llaman valenciano culto los colaboracionistas apoltronados en la academia de Ascensión.

Me da la impresión de que los catalanes han ocupado nuestro hogar cultural, nos han dejado en la calle en pelotas y han cambiado la cerradura; y coste que no quiero recordar, ¡por Dios!, el lamentable incidente que leo en el Diario La Rioja: La Audiencia de Barcelona ha condenado al ex conseller de Cultura de la Generalidad Max Cahner por coaccionar y echar de casa a su esposa y a sus hijos.., cambió la cerradura, actuó con absoluto desprecio al principio de igualdad... condena al editor y politico a.... El mismo Cahner echa de sus libros las referencias documentales al idioma valenciano, que sí constan en los originales. Como conejos en madriguera, las tropas de Tarancón callan ante estas agresiones y, con dinero público, adquieren rápidamente las obras del filólogo cerrajero. Todavía, cordial Cahner, otra cosa: el dibujo de soldado en peregrinación a Montserrat que habéis pegado junto al coloqui de Escorigüela y que fecháis exactamente en el año 1778, es otra bola que inventáis. El grabado pertenece a la escuela francesa de Jacques Callot, siglo y medio antes (hacia 1635), y representa a un mercenario francés que en su puñetera vida le pasó por la mente visitar ni tu condado levantino ni tu dichoso monasteri" (te lo pongo en valenciano) de Montserrat ¡Qué cosas tienes, Cahner García.

Diario de Valencia 3 de Febrero de 2002