PUES LA RIOJA DEL XIII NO ERA CATALANA...
Por Ricardo García Moya
A fines del XVIII, las tribus urbanas del Reino se criticaban entre sí con humor. En este
ambiente, año 1795, publicaban en Valencia el "Libro de moda", sátira contra los currutacos o
petimetres obsesionados por la moda. El autor, anticipándose a Darwin, trataba sobre la evolución
de las especies: "el hombre y el Currutaco formarían en la cadena de los eslabones opuestos; el
hombre hecho mono, o el mono hecho hombre" (p. 31). Y aquí aparece por primera vez currutaco,
una de las palabras incorporadas a las lenguas modernas -como la valenciana- en los siglos XVIII y
XIX.
El fértil Carlos León la utiliza en 1802: "De moda a lo currutac, mes tobes que una carchofa (...) vaig
vestida de currutaca". Dado que el comportamiento del currutaco asemejaba al del pavo real, quizá
se relacionaría con el valenciano curruquejar (galanteo del palomo). Este verbo es ignorado por el
diccionario del Institut dTMEatudis Catalans; pero en el valenciano de Ros (año 1764) y,
posteriormente, los de Escrich, llombart y Fullana sí consta. En aquellos años renació la
prosopopeya (animales hablantes) en la literatura valenciana, con lo Rat Penat del Reyne y lo lleó
dels Blanquers.
En este zoológico moral, el gato fue paradigma, algo previsible si tenemos en
cuenta que alguno era equiparable a los actuales funcionarios (no de la categoría de Josep
Lacreu
, por supuesto). En 1779, Orellana anotaba que en la catedral de Valencia tenían "una
Administración para alimentar ocho gatos, con renta diaria de 6 reales de vellón" (Disertación, 1779,
p. 15).
Hacia 1765, el canónigo Bertomeu Tormo - observador de gatazos catedralicios- escribía la
"Gatomaquia valenciana" con un léxico que hoy censuraría la inmersión. Los "bigots del
gat"
serían transformados en bigotis, según ordena y manda el Institut dTMEstudis Catalans en su
Diccionario (Barcelona 1995). En realidad, bigot derivaba del juramento bi Got (¡por Dios!) de los
lasquenetes que servían al rey de Valencia y Castilla. Aquí en el Reino, 4.000 alemanes bigotudos
desfilaron tras la Real Señera el 25 de septiembre de 1526. El vocablo fructificó en el valenciano
moderno; Escrig, por ejemplo, recoge bigot, bigotet, bigotaç y bigotot; pero no el ñoño bigotí.
En 1779, Damián Marón afirmaba "ser menor mal sufrir ratones, que tener gatos"; replicando
Orellana: "Yo no sé qué mal le han hecho a usted los gatos. Los trata peor que los gitanos, pues
éstos, si les persiguen, es de puro amor; y como que les quieren, les buscan, y finalmente se los
comen" (Disertación, F. 10). Igual actúan los inmersores, aman tanto al valenciano que lo devoran;
si Carlos Ros esceibe, Perea, clau de pobrea (Tratat, p. 84) lo transcriben como Peresa, clau de
pobresa
. Arrastramos centurias de burla al idioma valenciano y, fruto de ello, es la ultracorrección
que se avergüenza de las voces propias y admira las del Institut dTMEstudis Catalans.
En la Gramática de la Generalidad (Lacreu y Bromera, 1996) prefieren -por sumisión al Institut dTMEstudis
Catalans- escribir pronom feble; no pronom fluix o débil, como Fullana. Total, si feble es un arcaismo
apátrida, documentado por primera vez en un escrito de Berceo (y la Rioja del siglo XII, creo, no
era catalana). También encontramos el adjetivo feble en el medieval "Libro de Alexandre", escrito
entre León y Galicia (y según me dicen, esta zona tampoco pertenecía al principado sin príncipe).
Es tal la sumisión que no dudan en sacrificar verbos ancestrales si lo manda Barcelona. En la
Gatomaquia de 1765, el canónigo Tormo escribía: "Deu nos lliure de gats, armats en se porres, el
asalt escomensen per les torres". Pues bien, el valencianísimo verbo escomençar -respetado por
Tormo, Ros, Galiana, Gadea y Fullana- se lo ha cepillado el Institut dTMEstudis Catalans. ¿Y cómo
han reaccionado los Lacreu y demás gudaris lingüísticos? Con silencio y obediencia. Busquen,
busquen el verbo escomençar en la Gramática y en el Diccionario de la Generalidad.
Nada se mueve. Los funcionarios introducidos por el PSOE y PC juegan al fútbol con la preposición
amb por los pasillos de la Administración, y meten muchos goles (¿colabora el cancerbero?). A sus
anchas y eufóricos, los asesores nosaltreros de Canal 9 encienden rubio con el dinero de nuestros
impuestos y, mientras tanto, al Honorable Pujol le ha concedido doña Esperanza Aguirre otro
caprichito: el control de la cultura libresca y catódica. Allí, en Barcelona, desde un rincón de las

caballerizas del Palau Güell, el metafísico ligón Sánchez Dragó -con su colla de Espatuset, Pagés,
Nualart
y Forné- emite Blanco sobre negro para la TV2. En otras latitudes, el gobierno arrulla
antojos olímpicos de Sevilla y Madrid. Pero a nosotros no nos importa, poquito a poco, Valencia
será la urbe más bella y currutaca de Europa. De momento ya tenemos el mamotreto de Pie de la
Cruz
; con esto y algún hexaedro de cemento arriba de Santa Catalina donde el Titi y el padre
Apeles
puedan actuar, el Tercer Milenio es nuestro.