Las Provincias 22 de Abril de 1995
TEATROS Y "OCELLS" DE LA GENERALIDAD
Por Ricardo García Moya
Como es sabido, la Generalidad está regalando "El diccionari dels ocells
valencians
", con la frialdad habitual: eliminar la lengua valenciana e introducir el
barcelonés. La dirección de esta actividad ha recaído en el suspicaz Josep
Lacreu
que -cual Leonardo da Vinci redivivo- abarca todas las ciencias y demuestra
ser un experto "ocellaire" (pardaler, en valenciano).
A ustedes les irritará que Lacreu llame a los pájaros "ocells", y se preguntarán qué
interés tiene la Generalidad en eliminar la forma "pardals". Está claro, la vergonzosa
inmersión catalana que les hace escribir en la citada obra avui (hui), amb (en, ab),
mentre (mentres), verd (vert), bellesa (bellea), petits (menuts, chiquets), nosaltres
(mosatros), país (reine), aquest, rere, cruesa, serveix, aleshores, rèmiges, etc.
EI diccionario de Lerma tiene como modelo putativo "Els ocells de les terres
catalanes
", de Joaquín Maluquer, publicado en los años 60 en Barcelona con fines
políticos, al situar el Reino de Valencia en "les terres catalanes"; y es que bajo el
franquismo, nuestros voraces vecinos gozaron de amplia libertad para desarrollar lo
que ahora culmina PSOE y CiU.
En abril de 1960, "Els ocells de les terres catalanes" se recomendaba en la revista
"Serra d'or" de los "monjos de Montserrat". En el mismo número, dentro del
panorama teatral "catalá" se incluía el valenciano, dando a entender que la
catalanización de Valencia tendría vía de acceso por este medio en un futuro. Acabo
de venir de Barcelona y he constatado la intuición dels monjos (frarers, en valenciano);
con decirles que el teatro Romea de Barcelona programa obras en catalán
subvencionadas por la Generalidad Valenciana
. En la temporada 94/95, los
Comediants representarán "EI llibre de les besties", y en el Teatro Poliorama de
Barcetona, con el soporte de Pedraza y Lerma (pero money nuestro), la compañía
Moma dels Països Catalans ofrecerá "EI cas Woyzech". Picotea en estas actividades
Alfaro, hijo de Alfaro.
Advierto que los pardals que nidifican en teatros y consellerias no están incluidos en
el Diccionari de Lacreu. Los autores podían, como valencianos, haber seguido la línea
marcada por Orellana en "Els pardals de la Albufera" (Valencia, 1795), pero el erudito
era "apasionat a la llengua valenciana pura y neta", y pensaba que: "Se escriu com
parlarse es deu, y avenintse al parer seu, la ortografía es perfecta". Orellana sería
socio del GAV.
La Generalidad lermista -de no estar enloquecida con la inmersión catalana debiera haber
titulado al diccionario "dels pardals", pues el nombre común de pájaro, en valenciano,
es "pardal" (Alcover: Diccionari Català-Valencià. MaIlorca,1964). Hasta Joaquín
Maluquer destaca que en el Reino de Valencia "el sustantiu pardal s'aplica, per
extensió, a totes les aus". Aunque ya es sabido que los chicos de Lerma, cuando un
arcaísmo como ocell o aucell coincide con el barcelonés actual, lo santifican.
Lerma ha creado un ejército para el triunfo de la inmersión; analicemos cómo actúan. Por
ejemplo, traten de hallar en el Diccionario Histórico regalado por la prensa amiga la
referencia a la obra de Orellana "Els pardals de la Albufera" y verán que no consta.
¿Causas? Porque pregona la existencia de la lengua valenciana y ridiculiza el léxico y
ortografía de los normalizados: así, los cenagosos curas de la Mata de Jonc verían
que Orellana usa el valenciano "junch" (por cierto, en Cataluña ni soñaban en aquellas
fechas con trabajos como el de Orellana).
Alucinante es el papelón que la izquierda del Reino está representando en la sucia inmersión.
Piensen que la política de saqueo cultural iniciada a principios de siglo por la burguesía
catalana
ha sido asumida por los gabinetes de normalización de

CC.OO, PSOE, EU, UGT y Verdes; en ocasiones dirigidos por manchegos, andaluces
y sudamericanos. EI atropello -en contra de lo que se dice- gozó de amplia libertad y
protección bajo el franquismo
. En 1950, cuando las heridas de la guerra estaban
abiertas, Joan Amades publicaba el voluminoso "Costumari català", en catalán y
hurtando hasta las Fallas de Valencia.
En 1956, bajo el franquismo puro y duro, la fundación Carulla-Font y otras similares
apoyaban a Barcino y Alpha, editoras de "Els ocells de les terres catalanes" y otras
obras tendenciosas con alarde publicitario y las bendiciones de la dictadura. A Franco,
mientras no le atacaran personalmente -como en cierta ocasión hizo el abad de
Montserrat- le daba igual que publicaran en catalán o laosiano.
En 1960, la producción catalanera ("Diades catalanes", "L'expansió de Catalunya", "Natura
als Països Catalans", etc.) adoptó la estrategia de sustituir Gran Catalunya por el eufemismo
de Països Catalans. Dada la tolerancia del franquismo hacia el expolio, los monjos de
Montserrat
iniciaron la cruzada de Valencia a través de frenéticas actividades y la
revista "Serra d'Or". Mientras tanto, los progres como Manuel Vicent subían al
tranvía de la Malvarrosa y recorrían jadeantes las calles del Pilar y Vinatea.
Actualmente, razones de marketing han aconsejado ocultar el tenebroso origen del
catalanismo. La editorial Barcino ya no es Ilevada por la fundación Carulla-Font -que
olía a alta burguesía de Liceo- sino por la Fundación Jaume I, ¿les suena a algo?
Ahora -enarbolando como señuelo la figura de Jaume I- la Carulla-Font convoca el
Premi d'Honor Jaume I, el Sanchis Guarner y el Baldiri Reixach para maestros
valencianos colaboracionistas.
Las obras catalaneras editadas bajo el franquismo, distribuidas en universidades extranjeras
dan sus frutos.
Con la complicidad y silencio de Lerma, ya pueden escribir sobre la modernidad del
"Tirant lo Blanch" y su paralelismo con "Pulp fiction", como ha hecho Mary Ann
Newman
de la Universidad de Middlebury, citando sólo la gran Nación Catalana.